El Mayrit Árabe

El único modo de comenzar un blog sobre la historia de Madrid es por los orígenes.  Y así es como vamos a hacer.

Hasta el año 1938, los historiadores y cronistas que trabajaban sobre el origen y fundación de la ciudad se remontaban hasta la época griega y romana para encontrar respuestas, aunque muchas de sus teorías eran totalmente descabelladas. No es hasta 1953 cuando Jaime Oliver Asín y Leopoldo Torres Balbás consiguieron proteger el descubrimiento del mayor lienza de muralla árabe descubierto.

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Una vez que se confirmó, que Madrid tenía un origen árabe, el principal problema al que se enfrentaron los historiadores fue el hecho de encontrar la fecha exacta de su fundación.

Según un texto en un publicación holandesa publicado en 1938, apareció un texto en árabe del geógrafo al-Himyari, que decía “una ciudad notable de Al-Ándalus que fue edificada por el emir Muhammad ben Abd ar-Rahman I”.  Muhammad I reinó entre los años 852 y 886, por lo que entre dichas fechas la ciudad de Madrid, fue fundada.

El nombre de Madrid ha sido tema de especulación constante, con miles de versiones del nombre e interpretaciones, pero podemos resumirlo en tres versiones, Magerit, Matrice y Mayrit.

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Magerit aparece citada en la Crónica de Pelayo. Mayrit es la acepción árabe y Matrice la versión cristiana posteriormente dada. El significado de dicho nombre se podría resumir de una simple forma, “-mayra” significa cauce de aguas en árabe y el sufijo romance “–it” abundancia. Puede sonar a broma que Madrid fuera nombrada de tal manera, pero es que nuestra ciudad primitiva era muy distinta a la actual.

Tenemos que comprender que las fechas en las cuales nos movemos existía un conflicto activo dentro de la península ibérica. Las batallas entre árabes y cristianos se sucedían de manera constante, siendo Toledo una de las ciudades más importantes. Para poder vigilar y controlar el territorio de la Marca Media (entre la Sierra de Guadarrama y el río Duero) fue necesaria la construcción de numerosas atalayas y fortificaciones para frenar y vigilar el avance cristiano.

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La fundación de Madrid fue uno de estos casos. Madrid estaba en una pendiente muy elevada, poseía el arroyo de San Pedro (actual calle Segovia), el arroyo del Arenal y el arroyo de Leganitos, por lo que poseía recursos naturales para la alimentación y la defensa.

Seguramente estos fueron los motivos principales que convencieron a Muhammad I para fundar el Mayrit primitivo. La primera construcción elaborada fue la de un alcázar, donde actualmente se sitúa el Palacio Real. Inmediatamente después, en la segunda mitad del siglo IX se construyó la muralla árabe que hemos analizado anteriormente. Esta muralla poseía tres puertas principales (Xagra, Alvega y Santa María) por las que se accedía a la medina de Mayrit. Además poseían una mezquita árabe, que era la primitiva Iglesia de Santa María, actualmente demolida (en 1868 para ensanchar la calle Mayor y Bailen), aunque se conservan restos arqueológicos. También poseía dos arrabales, donde actualmente se encuentran Las Vistillas y otro en las inmediaciones de la primitiva iglesia de San Nicolás y San Salvador.

Una vez asentada la ciudad de Mayrit, tuvo que continuar con sus conflictos bélicos. Destaca el ataque de Ramiro II en el año 932, por el cual conquista la ciudad, aunque la pierde al poco tiempo de abandonar la ciudad.

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No sería hasta el año 1085, cuando Alfonso VI reconquista la ciudad, momento en el cual se le aparece frente a las murallas la imagen de la Virgen María, por la cual, se llamaría posteriormente, una vez que fue canonizada la mezquita primitiva intramuros, Iglesia de Santa María de la Almudena (Almudayna significa muralla en árabe).

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Una vez bajo el control árabe, Alfonso VI dejó a los mozárabes y árabes coexistir con ellos, aunque tuvieron que moverse a uno de los arrabales primitivos, en las actuales Vistillas, que posteriormente se llamaría Morería.

Del alcázar árabe tenemos poco datos, aunque si tenemos documentos gráficos de su aspecto posterior ya en época de los Trastámara, mediante grabados.

Pero eso ya es otro momento de la historia de Madrid que analizaremos más adelante.

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